Se trata de unas finas láminas de porcelana o resina, de aproximadamente 0,3-1mm de espesor, que se colocan cubriendo toda la superficie anterior de los dientes. Se unen al diente por medio de un adhesivo especial. La unión es tan fuerte que una vez colocadas no se pueden retirar a menos que se rompa la carilla.
Como su nombre lo indica, las carillas estéticas de porcelana se diferencian de otros tipos de láminas y tratamientos por mejorar drásticamente la imagen de una persona. Esto se debe no sólo a que resuelven problemas de posicionamiento y forma dentaria, que pueden apreciarse a simple vista.
También tienen la capacidad de pasar desapercibidas por su coloración. Las carillas estéticas de porcelana pueden tener una coloración que se asemeje a la tonalidad de los dientes naturales del paciente.
Junto con el odontólogo, el paciente decide el color y la forma deseados. De este modo, se mejora de manera definitiva el atractivo de una sonrisa, cumpliendo y superando las expectativas del paciente.